Las calles de Alcoy en el siglo XIX (XI)

Esta es la entrega número dieciséis de la serie de publicaciones sobre el Proyecto de Ensanche y Rectificación de Alcoy de 1875. Si no has visto las anteriores, aquí las tienes:

  1. El Plano de Alineaciones de Alcoy de 1849 y sus antecedentes
  2. Proyecto de Ensanche y Rectificación de Alcoy: los planos
  3. El Plano General de Ensanche de Alcoy (I): el Centro Histórico
  4. El Plano General de Ensanche de Alcoy (II): Santa Rosa

En esta entrada continuaremos viendo las calles del barrio de la Vila, que fueron las primeras en formarse allá por el siglo XIII cuando se fundó Alcoy. Comprobaremos, a través de los planos de la época, el aspecto que tenían las calles Sant Blai, Sant Antoni y Sant Miquel a lo largo del siglo XIX, de las cuales hoy no queda prácticamente nada.

Calle San Blas

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Esta calle transversal a la calle Mayor ganó importancia con la creación del Convento del Santo Sepulcro, en el siglo XVI. Es por ello que a partir de ese momento deja de llamarse «Dels Lloctinents» y se la denomina «Calle de las Monjas«. Es con ese nombre con el que nos la encontramos en el plano de 1849.

La Plaza de las Monjas

Ese nombre recibía el espacio situado enfrente de la entrada al Convento e iglesia del Santo Sepulcro, según el plano de Jorge Gisbert de 1849. En este plano no aparece indicado el convento, pero sí podemos ver que delante del mismo se formaba una plaza cerrada que hoy no existe. Para saber cómo era esta plaza, debemos acudir sobre todo a una foto de la Guía Vicedo (1925), en la que titula a este lugar como «Rincón de las Campanas«:

En el plano de 1875 sí se definen claramente los edificios religiosos de la calle, y también vemos detalles como las escaleras de entrada del Convento del Santo Sepulcro. Vemos que entre la iglesia de San Jorge y el Convento hay un tramo de calle que tiene unos 2 metros de ancho, cosa que tanto Gisbert como Vilaplana y Balaciart quisieron solucionar dejando la calle en 4,5 metros de anchura y manteniendo la «Plaza de las Monjas».

Este rincón desparecería con el ensanche de la calle Santo Tomás, que ya detallamos en la entrada correspondiente. La iglesia de San Jorge se reedificó en los años 1910, y poco después se derribó gran parte del Convento del Santo Sepulcro, dejando una parcela a la derecha de su entrada que se edificaría en los años 40. Sin embargo, aún quedaba parte de la plaza porque en el lado más cercano a la calle del Carmen aún pervivían los edificios originales, que a finales del siglo XX se demolieron y se reedificaron siguiendo la línea de fachada del Convento, desapareciendo definitivamente la «Plaza de las Monjas».

Ya vimos cómo el «Carreró de les Monges» tomaba su nombre de dicho Convento, pero su influencia sobre el nomenclátor alcoyano de la época llegaba también a toda la actual calle Sant Blai, tanto la plaza hoy desaparecida como la propia calle. A pesar de ello, también se conocía a esta calle con el nombre de «San Blas y Santa Teresa«, y lo podemos comprobar en el mismo plano de 1849.

El callejón de Santa Teresa

Al final de la calle, después de cruzar la calle Mayor, existía un callejón que el plano de 1849 denomina «de Santa Teresa«, un remanente de cuando la calle se llamaba San Blas hasta la calle del Carmen, y Santa Teresa hasta la desparecida calle de «Rondi«, una paralela a la calle Mayor que iba desde la del Caragol hasta la Placeta de la Mare de Déu. Este último tramo se convirtió en un callejón sin salida cuando esta calle de Rondi se vino abajo junto con su tramo de muralla en un temporal de 1745. Además de cortar la calle de San Blas, este derrumbe también dejó otros dos callejones más arriba, y obligó a reconstruir el camino de Penáguila.

En el número 26 de esta calle, al final del callejón, y donde hoy hay varias filaes, en 1864 podríamos encontrar una fábrica de cigarrillos, tal y como cuenta la Guía Martí:

54.- Fábrica de Cigarrillos.- C.S.Blas, 26.

Este establecimiento fue planteado por D.José Valor y Llorca vecino de esta ciudad, y se inauguró el día 19 de Marzo de 1859. En el mes de Mayo de dicho año, el Gobierno de S.M. tuvo a bien rescindir el contrato que tenía con el espresado Sr. Llorca, disponiendo al mismo tiempo que continuase la fabricación por cuenta de la Hacienda; lo que empezó a tener efecto en 1º de Junio, desde cuya fecha ha venido prestando los mejores servicios al Gobierno, y grandes beneficios a la población.

Han asistido a los talleres hasta 1000 operarias, elaborando mensualmente, por término medio, 25 millones de cigarrillos, para surtir a las Administraciones principales de Hacienda […]

Relacionado con esta fábrica, 61 años después Remigio Vicedo escribiría en su Guía de Alcoy lo siguiente:

[…] por exigencias de cierta naturaleza desapareció aquella industria, privando a la Ciudad de una gran fuente de ingresos.

Del gran invento de un alcoyano olvidado, debemos hacer mención, relacionado con esta industria: se trata de una máquina de hacer cigarrillos, tan perfecta, que cogía el papel, lo doblaba, dejaba caer en él la picadura, la envolvía, hacía las cabeceras de los cigarrillos y expelía con tanta prontitud y precisión que fue la admiración de cuantos la examinaron.

Los ensayos satisfactorios aquí realizados se repitieron en Madrid a presencia del Ministro de Hacienda y a pesar del éxito y alabanzas, no reportó ninguna utilidad al inventor. Mr. Joseph Susini, opulento capitalista francés vino a esta ciudad movido por la fama del invento, pero sus proposiciones no fueron aceptadas y sus ideas rechazadas. El ingenioso inventor de esta máquina fue D. Pedro Cort Perotín.

En el plano parcial de 1875 podemos ver la numeración de los edificios del callejón, de los cuales solamente quedan cuatro: los de las esquinas con la calle Mayor, el de la fábrica (número 26) y el de su izquierda (número 24), con lo que podemos decir que este callejón también ha desaparecido junto con el resto de calles más abajo.

Para terminar, destacaremos el ensanche uniforme que se le da a la calle a partir de 1849, con un ancho de 4,50 metros desde la calle Santo Tomás hasta la calle Mayor (20 palmos en 1849), y 4,00 metros en la parte del callejón (18 palmos).

Calle de San Antonio

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La calle San Antonio conectaba la Placeta de San Jorge con el portal de Penáguila, siendo una de las transversales a la calle Mayor. Como el resto de calles vecinas, nació en el siglo XIII con la fundación de Alcoy, y ha pasado de tener alrededor de 58 edificios en el siglo XIX, a solamente quedar 5 de ellos, todos en el mismo lugar y en estado de degradación.

Recorrido de la calle

Comenzaba la calle en la Plaza de San Jorge, al lado de la iglesia y junto al lugar en el que se encontraba la torre de San Marcos, parte del tramo de muralla que hoy es la calle Santo Tomás. En esta torre se instaló el reloj de la villa hasta que en 1768 se trasladó a la nueva iglesia parroquial, y es el lugar en el que, según la leyenda, se apareció San Jorge en la batalla contra Al-Azrach. Vestigio de la existencia de esta torre y muralla es el tramo inicial de la calle San Antonio, que en 1849 se rotula «Calle de San Marcos«.

Como ya vimos en la entrada de la calle Santo Tomás, en la que analizamos el aspecto de la Plaza de San Jorge, la calle San Antonio comienza paralela a la de Santo Tomás, siguiendo la fachada de la iglesia de San Jorge y dejando a su izquierda un gran edificio. Poco después, hace un giro hacia la derecha, estrechándose y siguiendo una alineación bastante irregular.

En este primer tramo de la calle, antes de llegar a la calle del Carmen, observamos un parcelario bastante fragmentado, acumulándose 15 edificios en el lado izquierdo, algunos de ellos con una anchura cerca de los dos metros. Además, desde la publicación del plano general de 1849, no se ha reedificado ninguno 25 años después, manteniéndose aún en 1875 la trama algo irregular de la calle, a la que se le dio una nueva anchura de 4 metros. Viendo fotografías más recientes de esta calle, podemos darnos cuenta de la línea de fachadas tan peculiar que tenía este trozo de la calle, ya que al reedificarse algunas casas conforme a la nueva alineación, quedaron «escalones» entre fachadas.

Cruzamos la calle del Carmen y entramos en el segundo tramo de esta vía, que, mirando los planos, advertimos que se encuentra visiblemente curvado. También podemos imaginarnos el aspecto de la calle viendo fotografías no tan antiguas:

Llegamos así al tercer tramo, que va desde la calle Mayor hasta el antiguo portal de Penáguila. Aquí se encontraba la fotogénica esquina que hacía la calle, en la que se encontraba un retablo de azulejos con la imagen de San Antonio, en la fachada de la casa que perteneció a los Blanes (y donde vivió Agustín Albors, Pelletes), y que es de las únicas que aún se conservan. En el plano de 1875, se asigna una segunda alineación en azul a la casa de la esquina, en la que se redondea para facilitar el tráfico.

Al poco de girar dicha esquina, nos encontraríamos con el antiguo portal de Penáguila, de época medieval. Para ubicarlo haremos servir otro plano sacado del Arxiu del Regne de València (MP165), fechado en 1806 y elaborado por Juan Carbonell. En él se identifica la casa de Blas Blanes, que ya hemos comentado, así como los huertos que tenía a su lado. Inmediatamente después, el plano ubica el «Portal antiguo de Penaguila», con el número 9. Si vamos al lugar actual, veremos al lado izquierdo una franja de aproximadamente el mismo grosor que la indicada en el plano, compuesta de un material diferente al resto del paredón. Por ello, todo apunta a que el portal medieval se ubicaba en ese mismo lugar.

Más allá del portal, se levantó en la segunda mitad del siglo XVIII un gran paredón para asegurar las «casas de la calle Mayor y demás inmediatas», así como la «Yglesia Matris», según dice el plano de 1806. Esta construcción tendría algo que ver también con el temporal de 1745 que se llevó la muralla de esta zona, al igual que la calle de Rondi y el camino de Penáguila. El imponente paredón, llamado de Gisbert y Merita en referencia a sus impulsores, conforma el lado derecho de la calle San Antonio hasta que se encuentra con la calle Caracol. Este último trecho de calle aparece en planos diferentes tanto en 1849 como en 1875. Podemos ver el aspecto de la zona a principios de siglo XIX en la vista de alzado del plano de 1806:

Calle de San Miguel

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Esta calle fue una de las dos principales de Alcoy durante mucho tiempo, pues la calle Mayor y la calle San Miguel eran los dos ejes del núcleo primitivo de la ciudad, que servían de comunicación entre las salidas de la ciudad. En el cruce entre estas dos calles se formó la plaza que hoy conocemos como «Placeta del Carbó«, en la que se situó el Ayuntamiento desde el siglo XV hasta el XIX, cuando se trasladó a su ubicación actual.

El recorrido de esta calle abarcaba desde el portal de Cocentaina hasta el del Arenal, situados al inicio de Algezares el primero, y al inicio del puente de San Jorge el segundo. Recorreremos esta calle observando los planos parciales del siglo XIX para hacernos una idea de su aspecto.

Primer tramo de la calle

Si seguimos el orden de numeración de los edificios, la calle comenzaba en la Plaza de las Carnicerías, la cual ya mencionamos en la entrada de la calle Santo Tomás. Aquí se ubicaría el portal de Luna o del Arenal que, antes de edificarse el Raval Vell, daba salida a la villa hacia Castilla. A la izquierda de este tramo de calle debió existir otra vía que conectaba con la de la Virgen María, y que se vino abajo en los terremotos de 1620. Podemos ver que este lado, que da al río Riquer, está completamente edificado. Debido a lo complicado del terreno, muchas casas se vendrían abajo años antes de que se demolieran ya a finales del siglo XX.

Después de atravesar esta primera manzana de la calle, de forma irregular y estrecha, llegamos a la esquina con la calle del Carmen, en la cual estaba situada la llamada «Casa de San José«, establecimiento de Beneficencia ubicado en un edificio que pudo ser de los más antiguos de la ciudad, pero que fue demolido sobre 2005. En la Guía del Forastero de Martí (1864) se cita este local, ubicado en el número 22 de la calle:

CASA DE S.JOSÉ – Calle de S.Miguel, 22.

Este caritativo asilo le fundó en 1835 el propietario D. Francisco Vitoria Pastor, en honor y bajo la invocación del Patriarca su titular. En él se acojen continuamente siete viudas pobres y ancianas, recibiendo un trato y asistencia esmerados.

Después que falleció el piadoso fundador ha quedado la dirección de esta casa a cargo del hijo de aquel, D. Pelegrín Vitoria Gosalbez.

Avanzando un poco más, llegamos a la altura del actual Museo Arqueológico y a la «Plaza de la Cárcel Vieja«, como se llama en los planos de 1849 y 1875 a la actual Placeta del Carbó.

Este espacio fue el centro de la villa durante muchos años, por ser el cruce de las dos calles más importantes del núcleo primitivo, y por ubicarse en ella el gobierno de la ciudad (Casa de la Villa). En el siglo XVI se edificó el primer cuerpo del edificio, que es el que se encuentra perpendicular al de las arcadas, que se edificaría más tarde. Por ello, la esquina del actual Museo con la calle San Miguel no se encuentra rectificada aún hoy en día.

También destaca en la Placeta la presencia del «Carreró dels Alguatzils» o «dels Manyans«, seguramente otro vestigio de calle que llegaría hasta la de «Rondi», que luego conectaría con la Placeta de la Mare de Déu.

Por último, mencionar la llamada «Travesía de la Virgen María«, calle que también se llamó «Del Delme«, y que por su poca entidad se anexionó a la calle de la Virgen María. Esta podría ser la continuación de la calle Mayor en dirección hacia el portal de la Plaça o de Sintia (salida por Buidaoli). Veremos con más detalle esa zona en la próxima entrada.

Segundo tramo de la calle (Carrer de l’Hedra)

Así se denominaba antiguamente a esta sección de la calle San Miguel, que podemos considerar que va desde la Placeta del Carbó hasta la de la Mare de Déu. Aquí podemos encontrar la casa de los Merita, actuales Casal de Sant Jordi y MAF, con los números 60 y 58 en el plano de 1875. También en este mismo plano se ha marcado con línea azul (doble alineación) que la esquina del número 41 se realice con un trazado curvo, para facilitar el tráfico y dar un mejor aspecto. En este caso, sí se llegó a efectuar esa segunda alineación, como podemos ver en fotografías de antes de su demolición.

Encontramos también ejemplos de rectificación en la alineación en los edificios 56 y 54, que se reedificaron en uno solo, el cual se encontraba «hundido» con respecto a sus vecinos:

Llegamos a la Plaza de la Virgen de los Desamparados, y aquí observamos un detalle curioso. En el plano de 1875 vemos la fachada de la capilla de la Mare de Deu, semicircular, y marcada en morado como edificio religioso. Sin embargo, en el plano de 1849 no aparece la fachada circular. ¿Por qué? Resulta que la actual capilla se inauguró en el año 1852, tres años más tarde de la elaboración del plano, sobre otra anterior. Por tanto, con esto podemos saber que la fachada de la antigua capilla estaba integrada con el resto de edificios, y que solo a partir de 1852 se construyó la actual que sobresale del resto.

Tercer y último tramo (Calle del Hospital)

Este trozo de calle va desde la Placeta de la Mare de Déu hasta el antiguo Portal de Cocentaina. Ya vimos en la primera entrada que en el año 1822 se decidió ensanchar la calle del Hospital, y el resultado lo podemos ver en los planos. En el lugar que se llamó «Huerto del Cura», se ha construido una tapia que da una anchura mayor a la calle en el tramo adyacente al actual edificio de los Juzgados. En el planeamiento de 1875 se pretende uniformar el ancho de la calle, dejándolo en 6,50 metros desde el desaparecido Portal de Cocentaina.

Antes de llegar a dicho portal, observamos un grupo de cuatro casas que estrechan la calle en su tramo final (números 68 a 74). Son de los pocos edificios de esta calle que permanecen, ya que fueron rehabilitados y en la actualidad se encuentran habitados. Estos edificios presentan un aspecto que hace sospechar una antigüedad mayor al siglo XIX. De hecho, en los bajos de una de estas casas, existe un arco apuntado que pudiera ser de origen medieval. Se les añadió un grupo de viviendas calle arriba, en los terrenos que en los planos vemos marcados como huertos.

Una vez pasados estos lugares, llegamos al final de la calle, al lugar en el que, hasta finales del siglo XIX, se ubicó el Portal de Cocentaina, sucesor del medieval Portal del Castell, demolido en 1754 por su estado de deterioro.

Si atendemos a los planos de 1849 y 1875, veremos dos versiones del mismo portal, que se correspondería con el levantado en 1809 durante la Guerra del Francés. Según los Cabildos de la época, esta puerta contaba con un foso, y fue necesaria la demolición de una casa de propiedad real que impedía el ensanche del camino de Alcassares y la edificación del portal.

En el plano de 1849, esta puerta cuenta con un cuerpo de guardia a un lado, y la entrada se sitúa unos metros más adelante del último edificio. Estas construcciones defensivas pueden pertenecer o a la fortificación de 1809, o a la de 1836 con motivo de la Guerra Carlista. La cuestión es que en dicho año 1849 existe una estructura que no vemos 26 años más tarde en el plano de 1875, ni en la única foto que tenemos del portal, de finales del XIX.

En el año 1868 se presentó en pública subasta el derribo de casi todas las puertas de la ciudad, incluyendo la de Cocentaina y el portillo de Fraga, situado a la derecha del primero. Por lo visto no se llevó a cabo, aunque pudiera haberse demolido la parte del portal que podemos ver en el plano de 1849, con su cuerpo de guardia y demás. Recordemos que en la puerta de «las Ombrías» también existía un cuerpo de guardia en 1849, que ya había desaparecido en 1875, y este portal también se incluía en la lista del año 1868.

Este portal se demolió finalmente en 1895, quedando hoy día algunos testigos de su existencia en la cabecera de la calle Alcassares, en el muro que formaba parte de esta fortificación.


Con esto hemos terminado por ahora. En la siguiente entrada hablaremos del resto de las calles de la Vila, Virgen María, Santa Bárbara, Buidaoli y Fraga, y con ello habremos acabado el repaso al callejero alcoyano del siglo XIX.

Ver la siguiente entrada: Las calles de Alcoy en el siglo XIX (XII)

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