El Plano de Alineaciones de Alcoy de 1849 y sus antecedentes

Introducción

Este es el comienzo de una serie de entradas en las que presentaré una serie de planos, casi todos desconocidos para el público, que son de un gran interés para observar y estudiar la historia del urbanismo en Alcoy. Estos documentos ofrecen una visión detallada del aspecto de la ciudad desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el siglo XX, cuando debido al incremento masivo de la población por el crecimiento de la industria se hizo necesario planificar también el crecimiento y orden de la ciudad. Las primeras acciones orientadas hacia este fin se dieron a partir de los años 1840, cuando el Ayuntamiento de la entonces villa empezó a ordenar que se comprobara la alineación de las fachadas antes de realizar nuevas construcciones, con el objetivo de mejorar la imagen del interior de la ciudad. Finalmente, se hizo necesario levantar un plano general de la ciudad, cosa que acabó ocurriendo en el año 1849. En los 20 años siguientes la demanda de construcción de viviendas nuevas se disparó, cosa que acabó motivando la elaboración de un plan general de ensanche para la ciudad que diera solución a esa falta de espacio. Es por ello que finalmente los ingenieros Enrique Vilaplana Juliá y Teodoro Balaciart Tormo idearon dicho plan de ensanche en el año 1878, y que acabó implementándose, determinando la forma que tomaría Alcoy en el siglo y medio siguiente, hasta hoy. En este blog publicaré información sobre estos Proyectos de Ensanche, tanto los planos generales como todos los planos parciales (estos últimos «restaurados» para mejor comprensión). Además, subiré a la vez los planos parciales del proyecto de alineación de  1849 y los de 1875 para cada una de las calles de la ciudad. Todo esto será explicado con el máximo detalle que se pueda, sin llegar al aburrimiento, espero. Eso sí, dará para unas cuantas entregas sobre la materia.


En esta entrada veremos a rasgos generales el primer proyecto general de rectificación que tuvo la ciudad de Alcoy. Este proyecto fue el primer gran paso hacia la ordenación y planificación de la ciudad, al cual le seguiría el complejo Proyecto de Ensanche y Rectificación de 1878.

Antecedentes en la ordenación urbana

Antigua calle de San Gerónimo

Primero, vamos a ver los antecedentes a la creación de este Plano de Alineaciones. Ya hacia el año 1822 encontramos un ejemplo de preocupación por el ensanche de algunas calles de la ciudad. En este caso, se trata de la calle Sant Miquel a la altura de la Placeta de la Mare de Déu, al lado de los actuales Juzgados y debajo del Casal, donde antiguamente había una tapia que estrechaba la calle (entonces llamada de San Gerónimo en esa zona). Se decidió tirar dicha tapia y elevar los terrenos que recaían al barranco, llamados Huerto del Cura, hasta el nivel de la calle, formando una bóveda por debajo.

Con la construcción del Puente de Cristina (puente de Cervantes) entre 1823 y 1838 surgió la necesidad de conectar el centro de la ciudad con la nueva construcción sobre el río Riquer. La edificación del puente tuvo serios problemas, pues el proyecto inicial de Juan Carbonell (que consistía en el puente tal y como lo vemos hoy, pero sin los pequeños arcos a los lados) terminó agrietándose en los estribos por el excesivo peso que aguantaban. En el año 1835 Manuel Fornés, un arquitecto valenciano que intervino en la reparación del puente añadiendo los seis arcos laterales para aligerar los estribos, también presentó un plano con una propuesta de camino para unir el puente con la ciudad. En este caso, el camino llegaría a la calle de San Lorenzo, que en esas fechas estaba cerrada por una casa propiedad de Josefa Pascual a la altura de la Casa de Cultura. El otro proyecto presentado anteriormente por Juan Carbonell proponía conectar el puente con la calle de San Juan, más ancha que la de San Lorenzo. Finalmente el Ayuntamiento se decantó por la opción que conectaba con San Lorenzo, argumentando que con el tiempo dicha calle se ensancharía.

A partir de 1841 se hace oficial la necesidad de levantar un plano general de la ciudad para poder rectificar las calles y dotar a la villa de un aspecto más ordenado y cómodo. Se insiste en la realización de este plano en los años posteriores, pero no se encargaría hasta el año 1846.

Calle San Lorenzo

Mientras tanto, en 1844 se levantó un nuevo plano para la calle que une el puente de Cristina con San Lorenzo, modificando el que presentó Manuel Fornés unos años antes. Este plano representa desde la esquina de San Francisco con San Lorenzo hasta la embocadura del puente de Cristina. En él podemos ver la estrechez que tenía en un principio la calle de San Lorenzo. En estas fechas se llamaba así solamente al tramo de calle entre San Francisco y San José, ya que al primer trozo se le llamaba «del Mercado«. Jorge Gisbert, el autor de este plano, da una anchura a esta calle de entre 8,15 y 9,13 metros, embocando en la «calle Nueva del Puente» donde hacía bien poco que se había empezado a construir. Tanto es así, que en el plano se denominan «Casas nuevas» a los edificios que había hasta la entrada al Parterre. Un detalle curioso lo podemos observar justo en la entrada al Parterre, a la derecha de la calle. En este mismo lugar se encontraba la Puerta del Puente, cerrando la ciudad que se terminaba ahí. A la derecha de esta puerta se encontraba una «batería» de la muralla, detalle que no aparece en ningún otro plano. Si seguimos avanzando, nos encontraremos delante del parque que hoy es el Parterre, pero que entonces no era más que parte del «Barranc de na Lloba», aún por rellenar a ambos lados de la calle. Sin embargo, ya se proyectaba entonces una «Plaza-alameda» en este mismo lugar, y «Sitios para casas» enfrente del parque.

Más allá de esta zona era todo campo, excepto una serie de casas construidas al lado del puente de Cristina, las más antiguas de la calle. Cruzando estos terrenos de huerta estaba el camino o «Calle del Pla a las Ombrias«. El camino comunicaba las dos partidas, la del Pla correspondía con los terrenos alrededor de la avenida País Valencià, y la de las Ombrias se refiere a la zona a la salida de la calle Santo Domingo, donde está hoy en día la UPV, hacia arriba.

Calles San Lorenzo y Nueva del Puente (1844)
Calle Mayor (1844)

Otra actuación realizada en este mismo año de 1844 fue la relacionada con el derribo parcial de una casa en la calle Mayor para ensancharla. Esta casa era la entonces llamada «Casa del Blanco«, que estaba situada en la esquina de las calles Mayor y San Antonio, a la derecha. Para dar ensanche a esta calle, que en la época era una de las principales de la ciudad, el presidente del cabildo determinó que se derribara parte de esta casa hasta la nueva línea de alineación que se trazaría para esta calle. El ayuntamiento compró la casa por dos terceras partes del precio, realizando las reformas necesarias y después sacándola a subasta, momento en el cual se realizó un plano de la calle entre la plazuela de la Cárcel Vieja (Placeta del Carbó) y la del Fossar, con las líneas de fachada existentes y las nuevas de la calle ensanchada. Es un plano sencillo, pero que nos da una idea de la forma que tenía la calle Mayor anteriormente a 1844.

Los problemas en la calle Mayor no terminaron ahí, pues en mayo de 1848 un tal Antonio Llorens pretendía reconstruir una casa en esta vía, pero lo que ya tenía iniciado no se ajustaba a la alineación establecida cuatro años antes. Entonces, junto con el arquitecto municipal, presentaron un nuevo plano de la calle en el que constaba la alineación primitiva, la de 1844, y una segunda nueva alineación que finalmente se rechazó, manteniendo el mismo proyecto de 1844.

Calle Mayor (1848)

Volviendo al asunto del plano general de la ciudad, entre 1846 (año en que se encargó) y 1849 el arquitecto Jorge Gisbert realizó el levantamiento del Plano Geométrico de la ciudad, que fue entregado al Ayuntamiento el 30 de junio de 1849. No obstante, en esos años se realizaron algunas modificaciones por parte del autor así como por otras personas. Una de ellas fue, precisamente, el añadir el álbum de planos parciales «para la más exacta inteligencia y fijación de nuevas líneas en el expresado Plano General». Otras observaciones por parte de la Comisión de Ornato Público, citadas por Cortés Miralles, son la prolongación de la calle del Tap hasta la de San José o la adición al ensanche de la ciudad de los terrenos que hoy ocupa la calle el Camí, entre otros.

El Plano General de la Ciudad de Alcoy de 1849

Este Plano General estaba formado por un plano general de la ciudad (valga la redundancia) a escala 1:1250, y de un álbum de calles en el que se detallan una por una las calles de la ciudad y su nueva alineación. Desgraciadamente, el plano general se perdió, y lo único de lo que disponemos hoy día es el álbum de planos parciales. Estos planos parciales se encuentran contenidos en un cuaderno de tapa dura, con una pequeña etiqueta que dice «Alcoy por sus calles. Junio de 1849«. Al abrirlo, pasamos una página en blanco y vemos el título del cuaderno: «Alcoy en la suma de sus calles, por el Académico de mérito de la Nacional de San Carlos y Arquitecto mayor honorario del Excmo. Ayuntamiento de la ciudad de Valª. D. Jorje Gisbert y Berenguer.» Lo siguiente que vemos es una pequeña memoria, en la que explica su trabajo:

Conforme a la R. Orden de 25 Junio 1846 se dignó V.S. encargarme la formación del Plano general de la ciudad de Alcoy, comprensivo de sus arrabales y paseos, con el objeto de establecer en el mismo lineas generales fijas y permanentes que marcarán el alineamiento y ensanche de la ciudad, como se previene en aquella soberana resolución. Efectivamente, realizados aquellos trabajos, se hallan consignados en el espresado plano y se manifiestan con lineas finas color carmín, tanto en la parte de ensanche de la ciudad por los tres puntos que le hemos concebido, como en el de la alineación y ensanche de sus calles actuales; todo lo cual va aplicado en los términos que nos han parecido más claros en el Plano general que se lleva mencionado, al cual nos remitimos con los trabajos en detalle que espresa el presente volumen. Estos dobles trabajos son indispensables para el obgeto e idea que se ha tenido presente al fijar la R. Orden que llevamos mencionada, sin los cuales no podría apreciarse con la debida razón le retiro o avance de los edificios, porque construido aquel con la escala de mil doscientos cincuenta por uno, no podía el compás tomar los menores retiros de los espresados edificios, bajo cuyo concepto y tratado de darle toda la latitud posible al proyecto que se nos ha encargado, acompañamos el presente volumen, que a darle el nombre que nos ha parecido más propio, le titulamos Plano de la ciudad de Alcoy en la suma de sus calles, el cual comprende veinte y cuatro láminas sobre las que van colocadas todas las calles conocidas hasta el presente en la ciudad, marcando en cada una de ellas con tinta color carmín las líneas de rectificación, cuyos planos se hallan construidos con sujeción a la escala de Doscientos por uno, y que además de apreciarse por la escala referida sus correspondientes latitudes, se hallan en estas también consignadas en números del color arriba espresado, colocados en los estremos y donde más han parecido conforme en cada uno de ellos, para su completa inteligencia.

A continuación, viene un índice en el que se disponen las 24 láminas alfábeticamente, con el número de página en el que se encuentran. Cada uno de estos planos los veremos en detalle en las próximas entradas, en las que analizaremos las peculiaridades de todas las calles en detalle, siguiendo los planos parciales de 1849 y 1875.

El orden de los planos en el álbum sigue un criterio de tamaño. Las láminas más pequeñas se encuentran al principio, y conforme se va avanzando, se hace necesario desplegar las hojas que cada vez son más largas y con más dobleces. Como se explica en la memoria, las líneas de ensanche y alineación van indicadas en carmín, con las medidas expresadas en los extremos de las calles. Además, los extremos de dichas líneas se indican con letras para mayor claridad. A continuación, podéis ver unos ejemplos de planos, tal cual están en el álbum, como son los de las calles Andana y Virgen María:

La precisión de estos planos, hechos a mano y en los años 1840, no es la que cabría esperar de un plano hecho 30 años después, como es el del Proyecto de Ensanche y Rectificación. Es por ello que las longitudes no son consistentes entre los planos, y al superponerlos no coinciden la mayoría de calles. Sin embargo, la información más importante no es la geometría de las manzanas, ya que esta no ha variado apenas, sino los detalles de edificios que no se ajustan a las alineaciones, los nombres de las calles, las puertas de la ciudad, sus fortificaciones… Ahí reside la importancia de este documento, es una fotografía de la ciudad en plena expansión, donde aún convivían edificios preindustriales, y nuevas edificaciones del siglo XIX. Una ciudad aún rodeada de murallas, con una batería en la Placeta les Eres, con nuevas calles aún formándose como puede ser la de la Casablanca o la del Puente. Hasta la fecha no existía un registro gráfico de este álbum, apenas había algunas reproducciones en blanco y negro en libros sobre urbanismo. Por ello, vi necesario el escaneo de este documento, y gracias al Archivo Municipal pudimos fotografiarlo entero. El fotógrafo y autor de dicho escaneo es Ángel Verdú Lluch, así como de todos los planos del Proyecto de Ensanche y Rectificación de 1878. Por ello, a la hora de publicar, copiar, compartir o reproducir cualquiera de estos planos, por favor citad a los autores y propietarios de estos documentos: «Archivo Municipal de Alcoy. Fotografía: Ángel Verdú Lluch, Álvaro Verdú Candela» No cuesta nada y así se reconoce toda la autoría de la imagen y se ayuda a cualquiera que intente investigar sobre el tema.  


Esto es todo sobre este interesante documento. En futuras entradas iré publicando todos los planos que lo componen, junto con comentarios sobre las curiosidades que puedan aparecer. 

Ver la siguiente entrada: Proyecto de Ensanche y Rectificación de Alcoy: los planos

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